El barrio de Montmartre es uno de los imprescindibles de París. Sus calles esconden espacios únicos en los que sumergirse para disfrutar de la parte más bohemia de la ciudad. Música, pinturas y flores adornan cada esquina de esta zona única de la capital de Francia. Al final del post te dejamos un mapa para que ubiques cada lugar.
Cómo llegar
Situado al norte de la zona monumental de París, el barrio de Montmartre es una de las zonas más visitadas de la ciudad. Por eso, te recomendamos que te acerques a primera hora de la mañana desde el lugar donde te alojes para poder disfrutarlo con tranquilidad.
La mejor opción para llegar a Montmartre es emplear el metro que te dejará en la parte baja de la colina. En ese momento, llega la gran decisión, tomar las escaleras con sus casi 200 escalones o subir en el famoso funicular, cuyo precio es un billete de metro. En nuestro caso elegimos las escaleras y es una subida agradable si la haces con tranquilidad.
Paradas de metro cercanas a Montmartre:
- Anvers: línea 2 (la mejor opción)
- Abbesses: línea 12
- Barbès – Rochechouart: líneas 2 y 4
- Blanche: línea 2 (frente al Moulin Rouge)
Un poco de historia
Sobre una colina de 130 metros, las calles de este barrio están cargadas de historia y diversos cambios en la reputación y desarrollo de la zona. Conocido originalmente como la Colina de Mercurio su nombre evolucionó a Monte de Marte hasta su paso a la cristianización que le otorgo el actual. Fue en el año 1860 cuando paso a formar parte de la ciudad de Paris y comenzó a desarrollar su historia.
Pese a ser un barrio marginal en el que proliferaban burdeles y cabarets se convirtió en punto de encuentro de jóvenes artistas faltos de fama y dinero. Convertido en una de las zonas más «alegres» de Paris por allí pasaron pintores de la talla de Renoir o Van Gogh. Esto provocó que fuese un punto de encuentro para nuevos artistas que buscan su espacio en el mundo.
Durante los siguientes años llegaron a sus calles otros como Picasso, Juan Gris o Modigliani que compartían pequeños talleres-vivienda en los que dejaban volar su imaginación para dar lugar a nuevos movimientos como el cubismo. La fama de este lugar fue en crecimiento atrayendo a otros como Dalí, Matisse o Gauguin.
Pero la pintura no fue el único arte que se potenció en estas calles. En 1928 se instaló Studio 28, un pequeño cine que daba cabida a nuevos directores que buscaban romper los cánones más clásicos de este arte. Abel Gance o Luis Buñuel fueron de los primeros en proyectar en este espacio, que aún se puede visitar.
A lo largo de estos años, la música comenzó a contar con cierto protagonismo, especialmente en la figura de Edith Piaf. Esta famosa artista francesa cantó durante 40 años en el Moulin Rouge su icónica canción La vie en rose. Sin duda las calles de Montmartre esconden grandes recuerdos de sus años de explosión artística.
Pero la causante de la llegada de turistas al barrio fue sin duda Amelie. La famosa película francesa cuenta con varias localizaciones en las calles del barrio. Studio 28 o el café de los dos molinos son alguno de ellos. Este lugar mantiene parte de su esencia al perderte por las pequeñas calles que se cruzan con los puntos más visitados. Para conocer la historia del barrio de Montmartre en el propio lugar puedes realizar este free tour desde la Plaza Blanche.

Qué ver en Montmartre
Durante tu ruta por este lugar podrás descubrir diferentes puntos que se mezclan con los artistas que salpican las calles. No te olvides de prestar atención a las diferentes placas que adornan las casa e indican quién vivió allí. A lo largo de tu paseo estos son los imprescindibles de Montmartre que no puedes perderte.
Basílica del Sagrado Corazón
Sin lugar a dudas es el punto principal del barrio, su cúpula, que se alza 83 metros se puede observar desde todos los rincones. Se terminó de construir en 1914 tras 30 años de obras y se levantó para rendir homenaje a los franceses fallecidos durante la Guerra Franco-Prusiana. Como dato curioso, comparte material de construcción, travertino blanco, con el Arco del Triunfo.
Para visitar su interior no tendrás que pagar entrada, pero puede que haya algo de cola. Eso sí, si quieres subir a la cúpula para disfrutar de las vistas tendrás que pagar 7 euros por persona. Para conocer más sobre esta edificación puedes realizar esta visita guiada por el interior de la Basílica del Sagrado Corazón.

Muro de los «Te amo»
Este lugar se está convirtiendo en uno de los más instagrameables de París. Se trata de un muro que cuenta con unos 600 azulejos en los que se puede leer «te quiero» en más de 300 idiomas diferentes. Es una obra firmada por los artistas Claire Kito y Fréderic Baron. Muy cerca de este lugar se encuentra el Café des Deux Moulins que, si eres fan de Amelie, seguro que te apetece visitar.
Place du Tertre
La Place du Tertre es el corazón y el alma de Montmartre. Se trata de una galería al aire libre en la que los artistas pintan y venden sus obras. Paseando entre sus puestos podrás descubrir cuadros de todo tipo, desde preciosos paisajes urbanos a retratos. Camina con calma y descubre este espacio en el que se reflejan todas las particularidades de este lugar. Además, los laterales de la plaza están llenos de cafés en los que hacer una pausa, eso sí, cuentan con unos precios algo elevados.

La Maison Rose
La fachada rosa de este coqueto café resulta cuanto menos llamativa en el barrio. Situada en una esquina entre dos calles empedradas es un lugar que llama la atención. El local cuenta con una idílica terraza para el verano por si quieres hacer una pausa.
Le Moulien Rouge
Este famoso cabaret se encuentra justo a las afueras del barrio de Montmartre. Su molino se ha convertido en un icono de la ciudad y por su escenario han pasado algunos de los artistas más relevantes del panorama francés. Inagurado en 1889, en la fomosa Belle Époque sigue contando representaciones cada noche. Si tienes ganas de disfrutar del espectáculo en Moulin Rouge tendrás que comprar tus entradas con antelación.
Place Marcel Aymé
Esta plaza recibe el nombre de uno de los autores de cuentos más importantes de Francia. Marcel Aymé residió en una de las casas de la plaza y es el autor de Le Passe-muraille (El paso de la pared) al que se hace referencia en la escultura que puedes descubrir en este lugar, seguro que no te deja indiferente.
Las mejores vistas de París
La colina de Montmartre es el punto más alto de la ciudad, eso es sinónimo de unas vistas únicas. Desde las escaleras frente a la Basílica podrás disfrutar con París a tus pies. Pese a la cantidad de gente y los vendedores que hay por la zona no dejes de pararte un momento y contemplar los tejados de la ciudad. Eso sí, no busques la Torre Eiffel ya que desde este punto, debido a la orientación, no se ve.

Le Consulat
A lo largo de tu paseo podrás descubrir una gran variedad de edificios singulares que le dan ese aire único al barrio. Te recomendamos que no dejes de mirar hacia los lados y descubrir cada rincón. Pero si hay uno que no te puedes perder es Le Consulat. La fachada de este café es la más famosa de Montmartre y no es para menos, aquí se reunían los artistas que vivían en sus calles a intercambiar ideas. Aunque se ha convertido en uno de los principales puntos turísticos de la ciudad sigue teniendo un encanto diferente.
Rue de Steinkerque
Entre las escaleras para llegar a la Basílica y la estación de metro de Anvers se encuentra la calle Steinkerque. Este lugar cuenta con una gran cantidad de tiendas en las que podrás comprar unos recuerdos. Además, las vistas hacia el Sagrado Corazón merecen mucho la pena.






