En Barcelona empezó nuestra aventura por el Mediterráneo, al principio estábamos un poco nerviosos por los trámites para entrar al barco, pero la verdad es que fue todo muy sencillo.
El autobús hasta allí cuesta 3 € la ida y 4,50 € ida y vuelta en el mismo día, ten en cuenta que el pago in situ solo se puede hacer en efectivo, aunque también puedes optar por comprarlo online. El transporte privado es otra opción a tener en cuenta, un taxi desde Colón te puede costar aproximadamente 15 €.
Cuando llegas a la terminal lo primero que vas a hacer es entregar tus maletas, y después te vas a encontrar una cola bastante larga para pasar el control de pasaportes. Recuerda que para viajar en crucero siempre vas a tener que llevar el pasaporte, aunque vayas a navegar por Europa no vale solo con el DNI.
Te dan el número de camarote que te corresponde (si no lo llevas fijado de antes) y las llaves del mismo… y, ¡ya está! Ya puedes subir al barco y empezar a explorar. Como consejo extra nosotros nos llevamos una mochila con el bañador para no tener que esperar por las maletas, ya que pueden tardar bastante en llevártelas al camarote.
Como fuimos bastante pronto tuvimos tiempo de descubrir un poco el barco antes de zarpar. Lo primero que hicimos después de ver el camarote fue ir a la cubierta más alta para disfrutar de las vistas de la Ciudad Condal.
Antes de que el barco salga del puerto, la naviera hace un simulacro para que sepas a dónde tienes que ir en caso de emergencia. La verdad es que lo explican todo genial y hasta resulta divertido ver el protocolo de un barco tan grande.
Cuando llegó la hora de zarpar subimos a cubierta para ver la salida y a disfrutar del mar hasta el próximo puerto.
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